El número de personas con sobrepeso aumenta año tras año. Se calcula que a nivel mundial, unos 800 millones ya tienen este problema, y que unos 300 millones padecen obesidad. Las cifras son tan altas que algunos expertos aseguran que si este ritmo continúa, la obesidad pronto se convertirá en una pandemia.

Son muchos los factores que intervienen en el sobrepeso, pero uno de los más importantes es el estilo de vida. Unos hábitos alimenticios incorrectos y la falla de ejercido físico contribuyen al agravamiento de este problema. Cambiar estas rutinas es, sin duda, la forma más efectiva de perder peso. Pero no todo el mundo se ve con fuerzas de hacerlo y acaban pidiéndole a sus médicos que les recete una pildora para ayudarles a adelgazar.

pastillas para adelgazar

LA AYUDA DE LOS MEDICAMENTOS

 

Estos productos significan una enorme contribución para poner freno a la obesidad, pero no hay que caer en el error de pensarque con solo “una pastillita” se solucionará el problema. Si no se modifican otros aspectos de la vida no se conseguirá el objetivo, sobre todo a largo plazo. De hecho, la toma de este tipo de fármacos tiene que ir acompañada obligatoriamente de un cambio en los hábitos de vida (dejar atras el sedentarismo. seguir una dieta ligera y equilibrada…).

Quién las necesita: Están indicadas para personas con un índice de masa corporal IMC superior a 30 o de más de 27 si viene acompañado de otros factores de riesgo (como hipertensión, problemas de corazón o apnea del sueño)

Bajo supervisión médica: En España existen, en la actualidad, dos fármacos indicados específicamente para la pérdida de peso. No olvides que, como todo medicamento, las pildoras para adelgazar tienen posibles efectos secundarios. Para tomarlas no solo se requiere receta, sino un estricto seguimiento por parte del médico. Aunque será el profesional de la salud quien te recomiende lo mejor para ti, te ofrecemos una pequeña guia de cómo actúan estos medicamentos, para que sepas a qué atenerte:

ORLISTAT, UN “CLÁSICO” VIGENTE

Su aparición, en 1999, se consideró una revolución no exenta de polémica, ya que muchos lo calificaron erróneamente como un producto milagro para ayudar a adelgazar. Actualmente sigue utilizándose de forma habitual.

Para qué se utiliza: Está indicado para reducir la incidencia de la diabetes tipo 2 y para ayudar a adelgazar a personas con un sobrepeso importante. Además, se ha demostrado que contribuye a mantener bajos los niveles de presión arterial y de colesterol “malo”.

Cómo funciona: Este tarmaco actúa eliminando el 30% de las grasas que se consumen, por lo que es de especial importancia combinarlo con una dieta específica, baja en calorías.

Contraindicaciones: Si no se sigue una dieta hipocalórica, su función de eliminar un 30% de los lípidos podría causar verdaderos problemas como dolores abdominales, incontinencia fecal o esteatorrea (un tipo de diarrea que se acompaña de un exceso de grasa).

Efectos secundarios: Son básicamente gastrointestinales y pueden llegara ser molestos. Por otro lado, se ha demostrado que este medicamento dificulta la absorción de vitaminas liposolubles. Y, según un estudio, un 6% de los pacientes que se trataron con el fármaco durante dos años necesitaron tomar suplementos vitamínicos.

SIBUTRAMINA, QUITA EL HAMBRE

Este medicamento apareció en España en el año 2001. Su nivel de eficacia es muy alto, pero también es cierto que puede provocar un gran número de efectos secundarios

Para qué se utiliza: Se indica en pacientes con obesidad grave, o cuando el sobrepeso está asociado a otros factores de riesgo (diabetes tipo II o un alto indice de colesterol. por ejemplo)

Cómo funciona: Actúa sobre el sistema nervioso central, suprimiendo la sensación de apetito. Según los estudios, se obtiene una reducción de peso del 5-10% en seis meses (siempre que se acompañe la terapia con una dieta hipocalóríca). Esa pérdida se mantiene durante el primer año de tratamiento con el fármaco.

Contraindicaciones: No está aconsejado en caso de insuficiencia renal, glaucoma. hipertensión y enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares. Asimismo, el médico debe valorar su uso en caso de que el paciente tome fármacos que intervengan, de un modo u otro, en el sistema nervioso central. Finalizado el tratamiento, con el tiempo puede recuperarse el peso

Efectos secundarios: Puede producir dolor de cabeza, insomnio, estreñimiento, aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardiaca.

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