Algunas características de La Belle Époque
Desde finales del siglo XIX hasta la primera Guerra Mundial en 1914, la manera en que la gente vivía cambió en muchos aspectos y fue así como llegó un periodo histórico llamado La Belle Époque, un lapso de tiempo en el que París se transformó en el centro del mundo, siendo sinónimo de refinamiento y de las más grandes expresiones culturales.
Así pues, la llamada edad dorada de París, representó crecimiento y el surgimiento de la industria del turismo, además del inicio de importantes descubrimientos científicos y el florecimiento de los más destacados filósofos.
La revolución de la Belle Époque
- Sentimiento de optimismo: esta es sin duda la mejor manera de definir esta época, pues regresó el romanticismo, la búsqueda del placer y mejor aún, ya se hablaba del descanso dominical y de la reducción de las horas de trabajo.
- Los grandes inventos: estos años sirvieron para que se consolidaran inventos tan relevantes como el automóvil, el neumático, la radio, la radioactividad, el cinematógrafo, el submarino y la lámpara eléctrica.
- La época del inconsciente: el trabajo del médico de origen judío Sigmund Freud alcanzó su máxima expresión tomando como objetivo todo aquello que podía explicar el concepto del inconsciente, asimismo sobresale que empezaran a darse debates sobre la sexualidad.
- Efervescencia cultural: tal y como ya lo habíamos mencionado, la capital francesa pasó a ser el punto de encuentro de toda clase de artistas e intelectuales, entre ellos Picasso, Renoir y Toulouse-Lautrec.
- El ocio: los cabarets y el famoso Moulin Rouge alcanzaron su punto más alto.