La comida procesada incluye todos aquellos alimentos que sufren cambios a  causa de su procesamiento industrial antes de llegar a nuestras manos para su consumo. Es gracias a ese procesamiento industrial que podemos consumir alimentos que se consideran de temporada, durante todo el año.

El hecho de procesar algunos alimentos mejora su seguridad a través de diversos métodos como el tratamiento a altas temperaturas, el uso de aditivos y el envasado. Ejemplo de ello tenemos las frutas, verduras, los productos congelados, enlatados, pescados, conservas y lácteos de larga duración.

Los alimentos procesados en exceso, sin embargo, pueden representar un peligro inminente para nuestra salud, de allí que se precise moderación en su consumo, evitando así la sobre ingesta de azúcar y grasas que eventualmente estos alimentos pueden contener en grandes cantidades.

Tipos de alimentos procesados

De acuerdo al nivel de procesamiento o manipulación, se distinguen los siguientes tipos de alimentos procesados:

  1. Levemente procesados: aquellos que han sido preparados para su fácil consumo como es el caso de frutos secos, hortalizas o verduras pre empacadas, pero que no contienen ingredientes añadidos de ningún tipo.
  2. Congelados o precocidos: aquellos que se ven afectados por algún proceso tecnológico (enlatados, conservas, congelados).
  3. Con ingredientes añadidos: aquellos a los que se les añaden ciertos ingredientes que alteran o mejoran sus propiedades para potenciar su sabor y apariencia como es el caso de edulcorantes, colorantes, conservantes o saborizantes.
  4. Muy procesados: aquellos aptos para el consumo inmediato y que requieren de un elevado nivel de procesamiento, como por ejemplo galletas, dulces, cereales, embutidos, golosinas.
  5. Altamente procesados: aquellos que vienen listos para meter al microondas como por ejemplo las pizzas congeladas.

Riesgos para la salud

Existen muchos alimentos procesados y entre ellos algunos más dañinos que los otros, por lo que se sugiere consumirlos con cierta moderación, ya que su aporte nutricional es muy bajo en contraposición a la gran cantidad de calorías, azúcares y grasas que nos proporciona su consumo.

En la industria de alimentos procesados se utilizan diversos ingredientes, cuyo consumo en exceso podría ser perjudicial. Las propiedades del ácido fosfórico, por ejemplo, lo hacen participe de la fabricación de bebidas gaseosas no alcohólicas, así como de lácteos de larga duración y barras energéticas, a modo de conservante  o para mejora sus sabores, ello a pesar de habérsele asociado presuntamente con la disminución de densidad ósea. Para mayor información puedes visitar: https://acidos.info/fosforico/

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